Claro, si el espectador llegó a la butaca sólo por lo inofensivo del título o por la apariencia un tanto cómica de los personajes, algo lo abrumará luego de las primeras escenas, y no será un engaño. Es que el cinismo de la obra no tarda en ser protagonista.
El teatro es representación y búsqueda de sentido en conjunto con los espectadores. Ellos participan y en esta obra es fundamental que lo hagan, porque el texto, la obra en sí, requiere de una colaboración mental permanente de los que no conocen previamente la historia. Con diálogos ágiles pero no fáciles de digerir, los actores discurren sobre un texto complejo, en el que la violencia es cómplice del humor.
Contadas de manera discontinua, las situaciones de cada escena son golpes bajos disfrazados de comicidad, con personajes cantando y bailando. Y el final, en apariencia naíf, que no es un hecho trágico, no está allí para buscar el impacto, sino que es el desencadenante de una familia enferma desde el inicio.
El grupo de teatro Epifanía viene trabajando en esta obra desde el año pasado, con un fuerte compromiso por el desarrollo del teatro piquense.
Personajes: la Niña (Marcela Sanz); la Muñeca (Yamila Juan); la Madre (Estela Sappa); el Padre (Gerardo Alainez); el Tío (Hernan Cuellar) y la Mucama (Marcela Ombroni). Dirección y puesta en escena: Norberto Tojo. Musicalización y asistente de dirección: Violeta Righi. Maquillaje: Natalia Arancibia.
Las entradas están en venta en DeNiro DVD Club. Las reservas también pueden efectuarse en la fan page de Epifanía en Facebook y retirarse en Ruido y Nueces media hora antes de la función. Ó a los teléfonos 15 576787 y 15 638439. |