En una terraza abandonada Maestro Bornolio realiza su trabajo, pero necesita una ayudanta. Cibelina llega a ocupar este lugar y mientras aprende descubre que el trabajo de Maestro Bornolio consiste en soplar estrellas. Para Cibelina ningún deseo puede ser tan importante como para soplar una estrella, pero ante tantas cosas feas que el mundo tiene ¿Qué se puede hacer para mejorarlo? ¿Cuántos deseos se pueden pedir si se sopla una estrella? Maestro Bornolio no pide deseos para sí, si no para conseguir bienestar y felicidad en todas las personas del mundo. ¿Puede ser alguien tan loco como para arriesgarse en una empresa extraordinaria, poniendo en riesgo el cielo estrellado? Maestro Bornolio de golpe se enterará que las cosas en el mundo no andan del todo bien; y que a pesar de haber soplado cantidad de estrellas sus deseos no se están cumpliendo. Sin embargo, con la compañía de cibelina, comprenderá que vale la pena luchar por los sueños y que para salvar al mundo está el amor y la amistad y que sin las estrellas el cielo sería un techo negro que no permitiría mirar arriba buscando esperanza.
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