De Daniel Veronese. "Y paso lo inevitable, lo que estaba necesitando que pasara desde hacía años: una gran estampida de animales se desato por el cuarto..."
"Y paso lo inevitable, lo que estaba necesitando que pasara desde hacía años: una gran estampida de animales se desato por el cuarto. Ahora podía empezar a distinguir que era lo que encontraba en el fondo de la habitación. Impetuosos. Ardientes caballos. Eran caballos de distintas razas y tamaños. Hermosos caballos. Era una visión maravillosa. Se venían hacia mí. Desee subirme a uno de ellos y escapar lejos. Pero pasaban a mi lado sin verme"...